LAURA PÉREZ ACOSTA 2º C

miércoles, 28 de octubre de 2009
Teoría de las Ideas


Era una mañana distinta y fría. Había quedado con un amigo para hablar justo en ese trocito de arena en el que estamos acostumbrados a pasar ratos agradables observando el amanecer en la playa, y debatiendo sobre las cosas más absurdas.
Seguía haciendo frío incluso cuando llegué a la hora exacta. Él aún no había llegado, y aproveché para reflexionar a cerca de lo que había a mi alrededor. Me tumbé en la arena y observé una nube, me sumergí en su significado: “esa nube tiene forma de caracol”. Volví a repetirme mentalmente la palabra nube. Nube, nube, nube…. ¿qué es una nube? Partiendo desde un punto de vista platónico, pude comprender que esa nube a la cual me refería era una cosa. Sí, una cosa, algo material, algo que puedo ver, algo que varía con el tiempo… Pero a la vez caí en la cuenta de que una nube seguirá siendo una nube, aquí y en Pekín. Ahora bien, si el día estuviese despejado… ¿las nubes seguirían existiendo? Pues claro! Si yo imagino una nube, la puedo incluso dibujar. Bien, bien, pues este concepto de nube es a la idea que se refería Platón: una nube que no es perceptible por los sentidos y la cual puedo dibujar por los conocimientos que he adquirido a lo largo de mi existencia. Así puedo comprender la diferencia que hay entre idea y cosa en la Teoría de las Ideas a la vez que llego a la conclusión de los dos mundos que vivía Platón.
Bien, mi amigo ya había llegado, y empecé a debatir el tema junto con él. Nos costó meternos en la piel de Platón, y no tuvimos más remedio que poner otro ejemplo con la botella de agua que habíamos comprado para los dos. Era una simple botella de agua, que en ese momento nos pertenecía. Pues ahora ponte en situación:
-“Oye, esta botella que hemos traído… ¿qué será? ¿La cosa, o la idea?”
-“Laura, está claro que sería la idea, puesto que podemos verla, palparla, beberla”
-“Cierto, Platón decía que las cosas son perceptibles por los sentidos, como aquellas sombras que veían los prisioneros”
-“Si, eso mismo”
-“Entonces está claro que esta botella no es la idea, sino su esencia. La idea es aquello que podemos interpretar por botella de agua, incluso fíjate en el mar que también es agua… pero no es la misma que está dentro de la botella.
-“Exacto, el agua en sí es su concepto, aquello a lo que calificaron dicho término en tiempos remotos. Sin embargo, esta botella que tengo en mis manos es la cosa que nos beberemos dentro de un rato”.
-“Ah vale, pues… más o menos ya puedo diferenciar lo inteligible de lo sensible!”
-“Acuérdate, lo inteligible es el agua en sí, como también lo es el prototipo de mesa que te estás imaginando en este momento; y lo sensible es esta botella, al mismo tiempo que podría ser la mesa de la cocina de tu casa”.
Entonces me paré a pensar un poco, y relacioné esta nueva visión platónica que había aprendido con la amistad que estaba compartiendo con mi amigo. ¿No es verdad que la amistad que estoy forjando con él sería platónicamente la cosa, y la amistad que me planteo y la cual estoy acostumbrada a descubrir entre las personas por su mero conocimiento sería la idea? =)

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